8 motivos slow para crear tiempos de desconexión digital

Vivimos en un mundo siempre conectado, el móvil nunca nos abandona y siempre hay algo que leer en un muro social ajeno… ¿qué tal si creas momentos de desconexión en tu vida? No es nada fácil, por ello hemos elaborado una lista de trucos para aprender a seleccionar tus tiempos de desconexión digital. Ahora te damos motivos para hacerlo, y sí… la mayoría son obvios pero los tenemos olvidados:

recuperar la salud, conectar con la naturaleza, crear encuentros cara a cara, ser creativo, librarse de la enajenación digital, hacerse un hueco en su propia vida junto a perder “el miedo a perderse algo” o hacer una detox emocional

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Hacer una detox emocional

Agua, limón, jarabe de arce y pimienta de cayena, a todo el mundo le suena esta receta por ser parte de la dieta de desintoxicación más popular en la nube. Haciendo el símil con esa dieta, el motivo más importante para desconectar es para realizar una desintoxicación de sentimientos tóxicos que apolillan poco a poco tu estado emocional… hablamos de las emociones dañinas que despiertan en nosotros las redes sociales, como por ejemplo la envidia, los impulsos nefastos movidos por los celos, el narcisismo, la saturación e ira o el miedo, la depresión y ansiedad.

Investigaciones diversas apuntan a esa negatividad que convive con nosotros en medios sociales, según ellos una de cada tres personas se siente peor después de haber visitado Facebook. Más insatisfechos con su vida, y esto no significa que las interacciones sean malas sino que sentimos envidia de esas fotos de vacaciones o selfies perfectos, incluso de la actividad social que despiertan las publicaciones de los demás mientras las nuestras caen en el olvido. Desconectarse durante un tiempo nos permite reiniciar y centrarnos en nuestra vida real.

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Perder el miedo a perderse algo

Existe una conexión entre el síndrome del miedo a perderse algo y la adicción a las redes sociales. Ese síndrome es reconocido como trastorno psicológico, y las redes sociales lo intensifica. Siempre pasa algo online, nuestro muro en Facebook o Twitter, Instagram y demás redes sociales siempre se va llenando con fragmentos de la vida o pensamientos de los demás. Vivimos en la era de las notificaciones absurdas que producen una especie de saturación tóxica. Mientras no aprendamos a destetar de ello, viviremos siempre con el miedo a perdernos algo.

Apagar el móvil, alejarse de las redes sociales nos ofrece la oportunidad de darle a la vida más consistencia, llenar nuestros espacios vitales con nosotros mismos, conocernos un poco mejor y disfrutar del silencio. En el amor dicen que más vale estar solo que estar mal acompañado, lo mismo pasa con las redes sociales. Invierte en tiempo de calidad, en ti y ya verás como crezcas y poco a poco se irán disipando esas ansias por cotillear la vida de los demás o lo último que hace el buzz en las redes sociales. Es más, causa sentimiento de inferioridad y te da un bajón social, en cambio los momentos nuevos que creas para ti te vuelven más fuerte y más agudo con tu juicio.

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Hacerse un hueco en su vida

Hay mucho ruido a nuestro alrededor, siempre estamos acompañados, y llenamos todos los huecos aburridos del día con consultorios digitales. Ya no sabemos disfrutar de la soledad y el último espacio que aún nos queda es la hora de la ducha.. a no ser que tengas un móvil resistente al agua. ¿Sabías que el ingenio se agudiza en esos momentos? Darle un respiro a nuestra mente nos hace más creativo y es en esos momentos cuando gritas Eureka, ya encontré esa idea. En un mundo donde vives siempre conectado, es difícil hacerse un hueco, regalarse quietud y paz para pensar sobre nosotros.

Detenerse a pensar nuestras vidas y ver cómo se refleja en nuestro corazón, momentos libres de ruido, de meditación. Si no lo haces te perderás en esa vorágine de información y notificaciones desapegadas. La tecnología devora nuestro tiempo, suma esos instantes de visionado en YouTube, de ojeo al muro del face… Todos estos tiempos no volverán. ¿Y cuáles son los beneficios? ¿Qué te parecería usar ese tiempo para meditar? Investigaciones han demostrado que mejora el estado inmunológico, aumenta las emociones positivas, mejora la capacidad de introspección y la inteligencia emocional además de tu capacidad creativa y materia gris.

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Librarse de la enajenación digital

Pierdes tu capacidad de enfoque al estar siempre conectado, pendiente de las reacciones sociales en vez de centrarte en lo que realmente tienes que hacer ahora. El mundo está cambiando con cada segundo que pasa, pero la vida, la tuya… es lo que ocurre delante de ti ahora mismo. Lo que captan tus cinco sentidos no usan artimañas ni filtros para darte a conocer el mundo. Es más autentico y real que quedarte ensimismado en la pantalla del móvil. Informarse importa, investigar más, pero no olvides que lo bueno está en observar lo que pasa a tu alrededor.

El ahora tiene un poder impresionante, sal afuera a pasear sin pensar en nada. Observa y respira. Te va a cambiar por dentro, tendrás mayor capacidad de introspección y apartar el ruido de ti será coser y cantar. El mundo online es un mundo infobeso con infoxicación, la única forma de no pecar de ingenuidad es pensando despacio, observar con perspectiva y distancia. Alejarte de la tecnología te devolverá esa capacidad de concentración perdida y la usarás para sortear las trampas digitales de la información desleal, amarillista y falsa; tu tiempo es el ahora.

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Ser creativo, no mero consumidor

La tecnología evoluciona pero los malos hábitos perduran… ¡no mires tanto la tele! Ahora será ¡no uses tanto el móvil! Está comprobado que mirar mucho la televisión de niño nos limita y acorrala en ese papel de mero observador. De adulto pierden esa capacidad a la iniciativa. ¿Podría pasar lo mismo en el caso del móvil? Lo cierto es que estar jugando todo el día a Clash Royal no estimula mucho la imaginación, aunque sí lo hace con otras habilidades. Pero piénsalo, hay dos tipos de personas en este mundo: el creativo que sorprende y el consumidor que observa.

Intercambiamos los papeles constantemente pero ese tiempo que pasas frente al móvil consumiendo tecnología lo desaprovechas en cuanto a capacidad creativa. Obviamente no hay que dejar de consumir sino administrar esos tiempos y no olvidar que somos unos creadores también. La creatividad nos hace felices, al parir ideas lo haces con todo tu ser, gustos y habilidades, influencias y vivencias de background. Igual tienes un talento escondido y no lo sabías. Puedes contribuir al mundo, seguro que hay algo que se te da bien pero date tiempo para descubrirlo.

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Relacionarse cara a cara

No siempre construyes mejores puentes online con tus amigos y familiares, aunque para muchos no les queda más remedio; mi caso sin ir más lejos, tengo a la familia y amigos en Bélgica. Tengo la novia cerca pero sólo nos vemos el fin de semana, y os aseguro que la comunicación digital a través del WhatsApp o estados interpuestos de Facebook no nos ha beneficiado. Lo que publicas online pasa por el prisma de la interpretación personal de cada uno, y no acierta siempre. La comunicación del WhatsApp está sesgada, falta el tono de voz y la gestual.

No hay nada como el cara a cara, el contacto con los ojos y la posibilidad de tocarse. Es tan frío lo digital. Somos de carne y hueso y por muy divertidos que pueden ser los chats online con sus emojis y demás animaciones, no obra milagros… hay algo mágico y único en el cara a cara. Así que, atrévete y aprovecha para conocer a todos esos amigos que te has hecho en Facebook y nunca has conocido en persona… la vida va de eso, mirarse a la cara sin filtros ni pantallas de por medio. Eso sí es tiempo de calidad, de las sesiones de chat no te acordarás.

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Cuidar mejor su salud

Sí, y lo sabes. Internet, el móvil, los videojuegos pueden ser muy adictivos. Te olvidas de ti mismo. ¿Cuántas veces te has saltado la comida o la cena para permanecer detrás de la pantalla? Peor aún. ¿Cuántas veces has consultado el móvil mientras cenabas o comías junto a alguien puesto en espera? No sólo le pones en segundo plano sino que lo haces contigo mismo al no disfrutar de un momento especial: las comidas. Altera todo el proceso desde el primer bocado, el ritmo de masticación y la digestión resultante. Ni siquiera nos fijamos en lo que nos llevamos a la boca.

Aprendes a comer sin disfrute y el sentido del gusto entra en coma. Por la noche también impacta de forma negativa ya que el móvil o la tableta es lo último que sueltas antes de irte a dormir, trastorna tus ritmos biológicos y muchas veces acaba en insomnio; privarse de sueño produce estrés y tu sistema inmunológico se debilita. Desconecta siempre a la hora de comer o cenar, aprovecha para hablar con los tuyos, reíros lejos de pantallas y notificaciones.

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Conectar con la naturaleza

Parece obvio pero cuando desconectas y das un paseo para disfrutar el momento, te das cuenta de todo lo que pierdes por ir andando cabizbajo con los ojos pegados al móvil. Sal a hacer senderismo, ningún fondo de pantalla puede sustituir la belleza de la naturaleza vivida. Siente el aire, te dará sensación de paz interior y aplacará tu mente sometida a tanto ruido digital. Es necesario desenchufarnos del asfalto y el wifi, sudar fuera de la urbe y así conocer tu zona.

La tecnología puede ser muy útil aunque a veces viene bien perderse, abrir puertas sin letrero y hacer giros inesperados para ver adónde nos conducen nuestros pies. Ve a correr sin los auriculares puestos, deja el móvil en casa… ¿tanto importa la cantidad de calorías o pasos que das? Endomondo, Runtastic… todas esas apps. ¿Te lo tomas en serio, te crees un atleta profesional? Ojo, no me parece mal pero podrías volverte dependiente de gadgets sin los que has podido vivir media vida. Tómate un respiro y conecta con la naturaleza, todo está en tu mente.