Cinco artistas fundamentales para entender el arte digital

Reducir la escena del arte contemporáneo a cinco artistas es casi una falta de respeto, no hay forma de hacer un resumen fidedigno, cada obra, cada propuesta, cada concepto, está relacionado con uno anterior en una línea dialéctica que podría extenderse hasta las imágenes rupestres. Aun así hay algunos pilares que desataron nuevos puntos de vista y que influenciaron de modo definitivo las obras que los sucedieron. La siguiente selección, como cualquier selección, es arbitraria: la única consigna fue elegir artistas que, desde la tecnología, hayan concebido una obra capaz de reinterpretar el arte, la sociedad y el mismo advenimiento tecnológico.

Karlheinz Stockhausen (1928 – 2007)

Cuando irrumpió en la escena artística, allá por la década de 1950, la tecnología era apenas un puñado de transistores y plaquetas. Sin embrago, no le tembló el pulso para señalar que allí estaban las claves de una nueva revolución en la composición musical. Así fue, Stockhausen empujó una nueva forma de entender la música electroacústica, la música aleatoria y la composición seriada.

Se matriculó en los cursos de verano del Conservatorio de Darmstadt, donde asistió a ciclos de conciertos que cambiaron su concepción de la música para siempre. De joven exploró la estructura musical atemática: una técnica compositiva basada en el azar y elementos no regulados por pautas establecidas, improvisación a partir de secuencias libres. También rescató recursos de la música concreta, donde por primera vez en la historia se valoró la posibilidad de trabajar los sonidos en forma separada, a través de cintas magnetofónicas, para superponerlos, distorsionarlos y combinarlos, tal cual el trabajo de mezcla que se realiza en la actualidad con cualquier disco. De esos trabajos surgió Gesang der Jünglinge, una de sus piezas más reconocidas, creada a partir de un cruce entre la música concreta y la música electrónica.

Stockhausen 2

Una vez recibido de director de orquesta alentó a la academia a incorporar transformadores, generadores, moduladores, magnetófonos, e integrar todas las posibilidades sonoras concretas y abstractas (sintéticas) incluyendo todos los ruidos, y lograr la proyección controlada del sonido en el espacio. Fueron famosas sus presentaciones en vivo, donde utilizaba frecuencias que grababa de teléfonos y sintetizadores, eran conciertos que se adelantaron más de cuarenta años a las puestas que los djs comenzaron a realizar a fines del siglo XX.

Stockhausen fue determinante en la carrera de The Beatles, de hecho aparece en la tapa de Sgt Peppers Lonely Hearts Club Band [es el personaje número cinco]. Es clara su influencia en canciones como A day in life, y en la excéntrica Revolution # 9, incluida en el White Álbum. Frank Zappa, Peter Townshed, Jerry Garcia, Bjork, Miles Davis y Charles Mingus también lo señalaron como uno de sus principales referentes.

Una de sus últimas grandes creaciones fue el Helikopter-Streichquartett [Cuarteto para cuerdas y helicópteros], donde cuarteto de cuerdas toca en cuatro helicópteros que vuelan independientemente sobre las cercanías de la sala de conciertos. La música de los intérpretes es mezclada con el sonido de los helicópteros y reproducida mediante altavoces a la audiencia de la sala, junto con videos en vivo de lo que sucede en el aire. Los intérpretes están sincronizados, para no perderse, con un metrónomo electrónico.

Nam June Paik (1932 – 2006)

Sus primeras obras, en la década de 1960, calaron hondo en la experimentación con las nuevas tecnologías relacionadas con la comunicación, por ejemplo la radio a transistor, el televisor de tubo y el disco de vinilo, entre otros. Su búsqueda fue unir los adelantos científicos con el arte, en tiempos donde las propuestas artísticas se inclinaban en su mayoría hacia la exploración conceptual y el diseño de una idea. Las obras de Paik, en cambio, apuntaron a reflexionar sobre el rol que ocupa la tecnología en la vida cotidiana.

Su primera exposición fue en 1963, en la galería alemana Parnass donde expuso Exposition of Musik / Electronic Television, construida íntegramente con monitores. De allí saltó directo a Nueva York para desarrollar la muestra Electronic art. Y en 1965 dio a conocer la famosa instalación La luna es la televisión más antigua, que consistió en presentar una fase lunar distinta en cada uno de los doce televisores que integraban la obra. Lo más interesante fue que no proyectó imágenes sino que manipuló los rayos catódicos de los aparatos con un imán.

Budha TV

Un año más tarde, expuso el video Beatles Electronique (1966-69, 3 min, b&w and color, sound), editado a partir de imágenes manipuladas de distintas películas de los músicos ingleses, mezcladas con sus canciones más populares. Fue una de sus primeras experiencias con el Paik/Abe Video Synthesizer, artefacto desarrollado por él mismo, diseñado para generar formas a partir de elementos electrónicos sin la necesidad de la información exterior proporcionada por una cámara.

En todas sus creaciones trabajó sobre la apropiación, el happening y el concepto. Cuestionó la televisión como mueble y la pasividad del televidente. Una de las obras más representativas de este período es Buddha TV (1974), integrada por una escultura de Buda colocada frente a un televisor y una cámara que lo graba en circuito cerrado. El artista establece una doble confrontación: oriente - occidente y meditación - tecnología. También alumbra la vigencia y el desgaste del pensamiento zen en el mundo contemporáneo, críticas a la banalización de la cultura mediática, el vacío del mensaje televisivo, y la desactualización del principio del no-hacer en el pensamiento oriental.

Stelarc (1946)

El mundo comenzó a hablar de sus creaciones en 1976 cuando mostró Suspensions, un mecanismo simple pero impactante: atravesó su piel con 18 ganchos, cada gancho tenía atado un hilo que a su vez estaba atado a una piedra. El total de piedras utilizadas equilibraban el peso total del sistema, entonces el artista quedaba en el aire. La intención de Stelarc fue demostrar que la materia que compone el cuerpo humano se puede contrarrestar con unas simples piedras.

Fue el punto de partida a su búsqueda dentro del campo del bodyart cibernético. Impulsado por las ideas del filósofo Marshall MacLuhan, desde principios de la década de 1970, su intención es diseñar una vida posthumana, un híbrido entre hombre y máquina que evolucione en base a la conexión con una red de ordenadores, otros posthumanos o cualquier aparato tecnológico de uso cotidiano. Stelarc sostiene que el cuerpo humano es un dispositivo limitado, que depende de la Tecnoevolución para su desarrollo real, concepto que él define como un feedback entre los atributos biológicos y los adelantos científicos.

Third arm

En la obra Third arm [Tercer brazo], adjuntó a su cuerpo un brazo robótico, controlado por impulsos nerviosos, con independencia de movimientos, muchos de ellos imposibles para la anatomía convencional. Por ejemplo, la mano electrónica es capaz de rotar 300 grados. Dentro de esta línea, su creación más polémica es Ear on arm [Oído en el brazo]: se implantó una oreja de cartílago humano en su antebrazo izquierdo, el fin no era sólo expandir sus capacidades perceptivas, sino también las de la gente que interactúa con él. La oreja contaba con un chip con bluetooth que comunicaba vía internet, a todo el mundo, los sonidos que captaba durante la performance.

También exploró con la construcción de robots monumentales que intentan reemplazar el cuerpo humano, por ejemplo Muscle Machine, realizado con goma y pistones metálicos; se maneja de forma intuitiva con los movimientos de la cintura y los brazos. Es una interfaz directa, el cuerpo y la máquina funcionan como una sola pieza. En la misma línea se encuentra Walking head robot, desarrollado en 2006, un robot de alta sofisticación que mediante un sistema de ultrasonido detecta la realidad a su alrededor e interactúa con ella, como si tuviera vida propia.

La idea de inmortalidad está latente en la obra de Stelarc. La sustitución de componentes biológicos por tecnología artificial permitirán una mayor durabilidad, e incluso habilitar nuevos contextos y hábitats para la vida cotidiana. Así dice.

Eva y Franco Mattes (1976)

Primero se refugiaron en el anonimato, bajo el nombre 0100101110101101.ORG. recién intervinieron el software Second Life, en 2004, se dieron a conocer: utilizaron sus nombres reales y crearon avatares similares a ellos en la vida real. Los italianos Eva y Franco Mattes son los primeros artistas subversivos que conoció la Internet, junto con Vuk Cosic pueden denominarse los fundadores del net.art. La primera aparición en los medios fue durante la 49º Bienal de Venecia, donde programaron un virus con el nombre Bienale.py que se activó el 6 de junio de 2001, el día de la inauguración. Comenzó a propagarse desde el stand de Eslovenia y fue, ni más ni menos, el primer proyecto artístico que utilizaba un virus informático como soporte.

Una de sus más potentes fue vaticano.org, una apropiación irónica y políticamente corrosiva de la página oficial del Vaticano, desarrollada en 1998. Duplicaron cada una de las secciones y utilizaron el mismo diseño que el sitio original, pero cambiaron sustancialmente los contenidos. Los usuarios ingresaban a vaticano.org porque es una dirección más simple e intuitiva que vatican.va, de hecho, figuraba primera en el ranking de Google cuando alguien utilizaba la palabra “Vaticano” como rango de búsqueda. Las modificaciones de los textos no eran absolutas, pero sí sustanciales, por ejemplo se expresaban a favor del aborto, del sexo libre y de la legalización de las drogas. También difundían material de bandas pop adolescentes. Millones de personas visitaron el sitio. Los funcionarios del Vaticano no hicieron declaraciones públicas para que no suba aún más su popularidad, pero sí comenzaron acciones para cerrarlo definitivamente, lo lograron en 1999, cuando a la dupla se le venció el contrato del domino.

No fun

Una de sus últimas creaciones es No fun, una intervención a través de la popular página Chatroulette, un foro gigantesco donde la gente participa libremente con su cámara web en encuentros cara a cara con otros usuarios. Franco Mattes no tuvo mejor idea que simular que se había ahorcado y grabar la reacción de la gente que se iba topando con la imagen del cuerpo balanceándose de una soga, en el living de su casa. Con ese material audiovisual armó la obra.

Fueron cientos los que vieron el supuesto cadáver colgado. Hubo quienes se rieron, otros que se quedaron inmóviles, otros que tomaron fotografías con sus teléfonos celulares. Sólo uno llamó a la policía para denunciar lo que había visto. El video final, editado por 0100101110101101.ORG, fue banneado de la página Youtube, lo cual fue un halago para la dupla artística.

Aaron Koblin (1974)

El valor de sus creaciones está en la materialización de un proceso que reúne distintas potencialidades del universo digital. A través de ideas artísticas, desarrolla programas (software) y sistemas que permiten exponer visualmente los cambios y movimientos del mundo cotidiano e invisible del intercambio de información. Koblin hace visible lo invisible, explora la infraestructura del inmenso caudal de datos que segundo a segundo circulan a lo largo del planeta y los examina desde una óptica sociocultural.

La obra Bicycle Built for Two Thousand consta de 2088 voces grabadas, recolectadas a través de internet, mezcladas y ensambladas en la canción Daisy Bell. Cada uno de los participantes escuchó un segundo de la composición original y grabó libremente una imitación sin saber cómo quedaría la pieza final. El artista pagó 6 centavos de dólar por cada fragmento; participó gente de 71 países.

Uno de sus trabajos más conocidos es el video que realizó en 2008 para la canción House of cards, de la banda inglesa Radiohead. Koblin desarrolló una tecnología que, sin utilizar cámaras ni luces, captura información digital en base a un ploteo que reconoce formas y distancias. El video es íntegramente la visualización de esos datos, el concepto fue crear un videoclip sin video.

House of cards

Las obras New York Talk Exchange y Flight Patterns se desarrollan desde el mismo concepto. New York…es una experiencia realizada exclusivamente para el MoMA que presenta, en un mapa visual y en tiempo real, los movimientos de todos los sistemas informativos que conectan a la ciudad de Nueva York con el resto del mundo. Y Flights… es la exposición de los datos de todo un día de la United States federal aviation administration, procesados para crear animaciones con las líneas de vuelos, tráfico aéreo y patrones de densidad. El resultado es un extraño dibujo conformado por líneas finísimas de colores que crece y decrece de acuerdo a la demanda y los horarios.

La ciencia y el arte en el siglo XXI enfrentan un durísimo desafío sobre la relación tiempo-espacio y sobre la inmaterialidad de los territorios donde se desarrolla gran parte de la vida del hombre contemporáneo. Aaron Koblin oficia es un guía dentro de estos nuevos mapas sociales.