Eres infiel a ti mismo, una víctima de la aprobación social

Al hilo de la preocupación galopante acerca de nuestra dependencia a las redes sociales, se multiplican los estudios dedicados a analizar los trastornos resultantes: la adicción o la ansiedad, el narcisismo, la influencia o perdida de personalidad… pero no sería más bien el reflejo de nuestra sociedad y la manifestación de trastornos ya implantados en la psique de las personas. Negarlo equivaldría a decir que los videojuegos son los responsables de la violencia juvenil. La mayoría coinciden en algo, y es que la generación de los
millennial está [des]conectada
.

Somos lo que pretendemos ser, así que elige bien lo que pretendes ser.
Kurt Vonnegut

[Des]conectado en un mundo permanentemente en movimiento,… cada uno conectado a través de Internet, cautivado por ese halo lumínico y esfera privada que irradia nuestro móvil. No todos, pero muchos somos el blanco de la dictadura de las emociones que reina en los medios sociales. Reciben una y otra vez el mismo mensaje, no eres lo bastante bueno. Entonces empieza la carrera, y esas personas se vuelcan en la persecución de la tan ansiada aprobación social. Unos minutos en los medios sociales aumentan nuestros niveles de oxitocina.

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Facebook y Twitter nos regalan amor, deseo y emoción

Oxitocina, hablamos de la hormona del amor, ésa que nos procura sensaciones de placer, confort y bienestar. El neuroeconomista Paul Zak demostró en un estudio que pasar tan sólo 10 minutos en Twitter o Facebook disparan nuestra producción de oxitocina un 13,2% y reducen las hormonas ligadas al estrés un 11%. Los medios sociales nos hacen sentir como si estuviésemos socialmente unidos con nuestros amigos, seguidores, fans y otros contactos virtuales. Esto genera lazos afectivos que estimulan la felicidad y empatía, lo que es muy positivo.

Abrir sesión en Facebook es muy terapéutico, nos sentimos confiado al darle forma a nuestra identidad digital, nos juntamos con personas con sensibilidad afín a la nuestra y disfrutamos de esos trofeos de aprobación social en forma de comentarios, retuits o los ya tan ansiados ‘me gusta’. Todo se debe a esa hormona que se produce en el hipotálamo; nos estimula. Es un aglutinante social que nos vuelve dependiente y, si carecemos de tiempos de desconexión digital, nos mandan directamente a una trampa a la que se refería Kurt Vonnegut en su libro “Mother Night”: “Somos lo que pretendemos ser, así que elige bien lo que pretendes ser.”.

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Ese falso yo digital está asfixiando al de carne y hueso

Roza la enajenación, pero no se puede negar que a veces existe un abismo entre el perfil social de una persona y lo que es en realidad. Esa imagen proyectada online a veces sólo es un escaparate. Luces y sombras, es lo que somos y para ser feliz es necesario abrazar ambos lados de su ser, aceptarse. De lo contrario empiezas a construir un yo digital falso que poco a poco irá asfixiando al que se está ignorado, el autentico cuya esencia se irá destilando si no haces nada para impedirlo. Mientras coleccionas los trofeos sociales, tus deseos se aniquilarán.

Si caes en esa trampa, te sentirás cada día más cómodo con tus relaciones digitales y un poco menos en el cara a cara, en la vida real. Incluso puede llevarte a perpetrar una serie de falsedades como seleccionar publicaciones que proyectan y refuercen ese falso ego digital, de forma que parezcas más atractivo y popular que la versión de carne y hueso, o borrar todas las publicaciones que ponen en peligro la integridad de tu yo fingido… es una peligrosa tendencia, la selfieadicción formará parte de tu vida, con montajes fotográficos que coseche aprobación social.

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No conectes contigo, y perderás la consciencia

Llevarás una máscara, las conversaciones que te llenaban de alegría pronto te harán caer en una profunda tristeza: es la perdida de consciencia de uno mismo. Te darás cuenta de que eres vulnerable, lleno de decepciones e imperfecto. En ese momento tus sombras se abalanzan sobre ti y se hacen con tu personalidad. Te vuelves arrogante, furioso, todo un fraude con tal de no admitirlo. Al final te has vuelto lo que pretendías ser y olvidaste quién eras. Las conexiones con los demás son importantes pero la más importante de todas es la que tienes contigo mismo.

Es hora de reconocer que estás [des]conectado, que has construido castillos de naipes y has consumido toda clase de emociones erróneas acerca de quién eres en realidad. Es cuando te das cuenta del poder de la tecnología y de la necesidad de regalarte tiempos de desconexión digital. Llega el momento de tener una conversación contigo mismo y encontrar esa voz. Curiosamente lograrás reconectar contigo a través de la soledad y esos momentos de desconexión y meditación. Te dejamos trucos para aprender a seleccionar esos momentos así como motivos para crearlos en dos artículos anteriores, aquí.

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Tiempos de desconexión digital, introspección

Sé creativo, es la clave. Deja de ser un mero observador y consumidor para convertirte en un creador. Igual hay un genio que duerme en ti y no lo dejas salir porque te desvías de quién eres realmente. No dejes que las redes sociales te distraigan: escribe, pinta, baila o crea música. El médico psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung decía que la creatividad no sólo es una válvula de escape sino una vía de curación para el inconsciente, el lugar en el que tu personalidad se refugió.

El inconsciente es, según Jung, el depósito de aspectos ocultos de la personalidad, la sombra. Precisamente, dicen que para incrementar la creatividad, hay que sumergirse en la oscuridad. Así que es tu momento, impulsa esas ideas y conviértelas en creaciones. Te irás haciendo más seguro de ti mismo, aceptarás tus debilidades, las entenderás y así vas a empezar a entender cómo funciona la psicología de las redes sociales, lo difícil que es seguir fiel a si mismo. Nadie es perfecto, somos humanos. Aprende a vivir con tus luces y sombras y relaciónate de forma más íntegra… reflejando tus fuerzas y debilidades en tu yo digital.

La creación de algo nuevo no se logra con el intelecto, sino por el instinto lúdico que actúa desde una necesidad interior. La mente creativa juega con los objetos que ama.
Kurt Vonnegut

Equilibra tiempos de desconexión digital e instantes de introspección, es la clave para vivir libre, resistiendo las embestidas de la aprobación social y sus trofeos de gamificación social. Usa las redes sociales para liberarte, todas tus facetas, en vez de encerrarte en falsas identidades. Hazlo con todas tus debilidades y energía… siempre conectado a ti mismo y con los demás.