Filtros digitales, otra forma de hacer fotografías

Filtros artísticos, inteligentes, creativos… Son nombres que emplean algunas de las firmas en las prestaciones de sus cámaras digitales. Que son exactamente y para que sirven son las preguntas que vamos a intentar resolver en las próximas líneas de este artículo.

En la práctica, todas las cámaras digitales están preparadas para entregar una imagen en formato JPG con diferentes ajustes de color, tono, saturación, contraste, etcétera. Estos “modos” suelen llamarse “Vívido”, “Natural”, “Sepia”,   “Clásico” y muchos otros más que varían según la marca y el modelo. Aunque perfectamente válidos para la toma de nuestras fotografías suelen tener un efecto relativamente sutil sobre la imagen, lejos de los vistosos y sofisticados acabados que podemos conseguir con programas de edición de imagen tales como Photoshop o Lightroom.

La respuesta a este problema por parte de los fabricantes ha sido la inclusión de automatismos, que, dicho sea, consumen un buen porcentaje de los recursos de la cámara que manipulan la imagen por nosotros. Este procesado final de la fotografía, hasta hace poco, era solo posible tras invertir una buena parte de nuestro tiempo tras una pantalla.

Cascada: para esta toma llegué en el peor momento: luz del mediodía y un contraste insalvable entre luces y sombras.

Por sorpresa, descubrí como el uso del filtro “Pop-Art” de mi Pen E-P1 conseguía sombras profundas y colores fantásticamente saturados.

La sobreexposición del cielo y el encuadre natural de la rama hicieron el resto.

Cortinilla: mi filtro favorito de la Panasonic DMC LX5 es el “Soplo de Arena” con el que se pueden conseguir impactantes fotografías en blanco y negro, cargadas de grano y dramatismo.

En esta fotografía disparé sin miedo a alta sensibilidad sabiendo de antemano que el efecto del filtro le daría un granulado y textura perfectos.

Rompiendo barreras

La brecha entre la fotografía analógica y la digital cada día es más estrecha y hoy es perfectamente posible gracias a la magia del mundo digital obtener con un simple click imágenes con  estética dramática, efecto”lomo”, blanco y negros emulando al grano de la emulsión química, diorama o colores y contrastes imposibles.

Ya no hace falta saber complicadas acciones de Photoshop para emular el aspecto de nuestra película negativa favorita, hacer un buen virado o obtener glamurosos  retratos de nuestras parejas. Los fabricantes han dado una respuesta lógica a todos aquellos usuarios y aficionados que no han podido o querido entrar en un mundo gobernado por procesadores y sistemas operativos donde Windows es el rey.

Plaza: a pesar de que la Samsung EX1 tiene sus propios filtros por esta imagen opté por usar su modo de imagen en blanco y negro con el que obtuve muy buenos resultados de forma sencilla.

El contraste del cielo y las nubes que envuelven a la cruz destacan poderosamente en esta fotografía.

Balon: me encontré esta pelota abandonada en uno de los estands del evento “The Brandery” que se celebró en Barcelona.

Mi intención era aislar el sujeto lo máximo posible y aprovechando el oscuro entorno del esférico configuré mi E-P1 en filtro “Esteonopeico” y tomé la foto.

Mira. Dispara… y sigue haciendo fotos

Algo que me encanta de usar los “filtros” es la sensación de  haberle ganado tiempo al ordenador y poder invertir más en lo que realmente me gusta, que es fotografiar.

La mayoría de los modelos permiten el uso en vivo del filtro seleccionado, es decir, que podemos visualizar en pantalla su efecto sobre la imagen y componer de forma mucho más fácil y creativa.  Además, algunos filtros están especialmente logrados y se pueden lograr con ellos grandes fotografías con una estética convincente sin pasar un minuto delante del ordenador.

Por contra, el tiempo de procesado es largo y a día de hoy no es posible disparar cómodamente en escenas de acción elevada ni hacer uso del disparo en ráfaga.

Globos: me encontré de lleno con esta imagen mientras paseaba por una de las ferias de mi localidad.

Aquel día tenía ganas de jugar con el filtro “Pop-Art” de Olympus y pude obtener, entre otros, este buen encuadre rebosante de ricos y saturados colores con un solo click.

Ojos: en uno de los días de visita al evento Screaming Festival tomé esta foto en una de las paradas.

La iluminación era pobre y de naturaleza artificial así que tomé la decisión de usar el filtro “Blanco y Negro Antiguo”, uno de mis filtros favoritos de mi E-P1 para conseguir impactantes tomas a alta sensibilidad.

Cada vez más y mejor

Si bien, aún no son la respuesta a todas las necesidades. La potencia gráfica y práctica de los filtros en las cámaras digitales es innegable y prueba de ello es la aportación cada vez más frecuente de estos automatismos por parte de los fabricantes incluso en modelos de gama alta y profesional.

Por tanto, parece que los filtros han venido para quedarse y creo que, con el paso del tiempo va a ser cada vez una prestación más valorada y de gran utilidad que pone a disposición de profesionales y aficionados una herramienta más para explorar su creatividad y obtener buenas imágenes a golpe de “click”.