El cassette, el icono de mi generación. Fuimos los que vivimos la transición de lo analógico a la era digital. La vieja réflex SLR de 35mm de mi padre y Kodak fueron mis compañeros durante mis primeras salidas fotográficas, Polaroid llegó… y la idea de instantaneidad ya había calado hondo en mí. Soy de la generación que vivió los primitivos balbuceos de las cámaras digitales, así es como me convertí en uno de los primeros homodigitalis… ¡qué gran evolución en tan pocas décadas!

Esa evolución ha sido toda una revolución, acercó a millones de personas a ese mundo que es la fotografía. Antes, todo eran reglas y normas para la composición fotográfica… cosas como la velocidad de obturación era algo desconocido para la mayoría, incluso tabú para quienes no querían preocuparse por los aspectos técnicos, tan sólo clavar el ángulo de disparo y apretar el botón para inmortalizar el momento. Todos tenemos en mente a Polaroid, verdadero precursor de ese fuerte apego a instantaneidad, esa necesidad de capturar nuestras vidas para subirlas a la nube.

Sí, el cambio fue brutal. El desarrollo tecnológico aceleró el ritmo de vida y dio a luz a nuevos hábitos. Antes, sólo los más lanzados y hábiles se acercaban a la fotografía, todas las familias tenían fichado a un tío o primo experto en ese arte. Era un mundo más hermético y algo caro si sumamos a la compra de la cámara, los carretes. Luego llegaron las cámaras desechables, no sé de nadie que no haya tenido una en su juventud. Hoy en día muchos dicen añorar estos tiempos, la ilusión de descubrir por primera vez sus fotos después de revelarlas… no era raro que salieran mal.

La revolución digital lo cambió todo, sobre todo la relación que teníamos con la fotografía… de un fotógrafo argéntico que mantenía una relación física con las fotos (tacto, olores, tiempos de espera, incertidumbre,…) hemos evolucionado hacía un fotógrafo fugaz, que vive el momento con optimismo. Ya no hace falta gastarse mucho dinero para comprar una cámara compacta, incluso puedes encargarte tu mismo del revelado en tu propia casa. Sacas una foto y en un abrir y cerrar de ojos, echando un rápido vistazo en la pantalla LCD, decides si la toma es buena o si la desechas.

Hoy, no podemos vivir sin capturar digitalmente momentos de nuestras vidas y compartirlos en la nube a través de las redes sociales. No iba a ser de otro modo con la fotografía, gracias a la tecnología hemos dejado expresarse al fotógrafo que todos llevamos dentro, se siente libre y feliz gracias a la posibilidad de compartir mediante fotos lo mejor de su vida… ya no hace falta un bonito decorado tipo postal para sacar fotos, no hace falta justificarse para apretar el gatillo y capturar recuerdos que de otro modo hubiese caído en el olvido de un ritmo de vida cada vez más frenético.

En estos últimos años he tenido un largo historial en lo que refiere a cámaras digitales, ahora la última que me llevo a todas partes es una Cyber-shot de Sony, un compacta con vídeo Full HD perfecta para mí. Hablando de ella, el verano a punto de finalizar me deja con miles de fotos de vacaciones que organizar. Es una de las tareas postvacacional que todos tenemos pendiente, estoy seguro que todavía no lo has hecho. No sé tú pero yo nunca borro ninguna fotografía, suelo tener una carpeta con las fotos fallidas… nunca se sabe, igual para enseñarlas a mis hijos cuando sean mayores y echarse unas risas.

Hay que reconocer que grabar vídeos Full HD y sacar fotos no cuesta dinero hoy en día, sería tonto no aprovecharlo. Así, todos estos recuerdos capturadas podrán volver a cobrar vida en cualquier momento. Siempre he sido de Sony, aunque reconozco algunas infidelidades por el camino pero siempre vuelvo. Su gama de cámaras digitales ofrece un excelente compromiso en el sentido de que puedes tener una compacta ideal para viajar y una réflex digital de lentes intercambiables para tus shots más profesionales. Soy un adicto al snowboard y entusiasta de las cámaras de vídeo, siempre me llevo mi Accion Cam de Sony también, así puedo presumir en la nube. Parece obvio pero si eres deportista seguro que lo entiendes mejor, volver a verte haciendo figuras en snow hace que no te pierdes ningún detalle y te permite ver dónde están tus fallos.

Bueno, volviendo a mis vacaciones, no he tenido la oportunidad de ir a una playa paradisíaca pero me he topado con una interesante infografía que quiero compartir para los adeptos a los city-trips como yo. Muestra las cinco ciudades de Europa más fotografiada así como el tipo de especificaciones que debería tener tu cámara en función del tiempo y tipo de ciudad que vayas a visitar… la lluviosa capital británica, la colorida ciudad condal, la ciudad eterna italiana, la mutante ciudad berlinés o la ciudad de la luz francesa. Luego, si te pica tanto la curiosidad como a mi sabrás el número creciente de fotos digitales que se están tomando cada año sólo en Europa y los tres monumentos más capturados… interesante como poco, el homodigitalis ha colonizado Europa.

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