Recordáis la serie de libros de aprendizaje para dummies, no realmente tontos sino más bien inexpertos en una materia concreta. Pues,… ése es el objetivo de este artículo, una puesta a nivel para todos los que se están haciendo un cacao descomunal con las siglas que representan los actuales y futuros estándares de la vídeo en alta definición, HD, y en definitiva para todos los que están siendo seducidos por los cantos de sirenas de la industría de electrónica de gran consumo… sí, sí, me refiero a los indecisos que están valorando la compra de un televisor 4K o un móvil 2K pensando que la ecuación se reduce a una simple suma.

Más no siempre es mejor… ¿o sí? Al igual que la luz que pasa a través de un prisma, no se puede dar una respuesta en negro sobre blanco sin abarcar todos los elementos de la ecuación. 4K son las siglas que más buzz están consiguiendo actualmente en el mundo más techie, y eso que ya llevamos unos años con televisores Full HD en el salón sin disfrutar de un servicio televisivo en condiciones; pocas emisoras a día de hoy emiten a 1080p. Resumiendo… ¡¡¡que nos quieren vender el 4K cuando apenas se está usando el 1080p!!! Menos mal que nos quedan las consolas de videojuegos y películas en Full HD para rentabilizar la inversión.

El 4K hace el buzz… ¿deberíamos estar preparados?

¿No sería más razonable esperarse a que el Full HD se asienta en el panorama televisual español? Si sólo usas tu TV para jugar o ver contenido descargado en Full HD, carece de sentido el hecho de disponer o no de una autentica resolución 1080p en la parrilla televisiva… ¡total si es todo telebasura, me la pela! En cuanto a los televisores 3D, mucho ruido y pocas nueces… no ha calado en el público -despegará cuando se podrá ver la tele 3D sin necesidad de llevar gafas- y viendo el percal se entiende porque la industría intenta colarnos el 4K.

¿O debería decir UHD? Cierto, lo que intentan vendernos como 4K en realidad no es el autentico 4K sino Ultra High Definition o UHD. Siento que os estoy perdiendo, así que haremos un interludio pedagógico en el que repasaré los principales formatos y siglas para luego seguir con esa pequeña polémica y trata de arrojar luz sobre les estándares de vídeo en alta definición que poco a poco se están instalando en los TV y pantallas de móviles y/o tablet.

El surgimiento de la vídeo de alta definición llegó con la HD y los televisores HD Ready o HDTV. Se trata de un estándar con dos resoluciones diferentes: 1280×720, también conocido como 720p, y 1920×1080 o 1080p/1080i. Así, los televisores 1080p pasaron a llamarse HDTV mientras que los que alcanzaban 1080i se llamaron HD Ready. 1080p ofrece una mayor calidad que 1080i aunque es difícilmente perceptible; la información se despliega de forma diferente.

Densidad de píxeles y el ojo humano, cuestión de agudeza visual

Hasta ahora, todo bien. Al menos eso creíamos hasta que el 4K irrumpió en la escena. Viene bien recordar lo que decía Steve Jobs al respecto de la mayor resolución que distingue el ojo humano, lo que dio luz a las pantallas Retina de hecho. El ojo humano no es capaz de distinguir los píxeles por encima de los 300 ppp, de ahí que un aumento de la densidad de píxeles por encima de este valor no tendría sentido alguno, según Steve Jobs. ¡De qué sirve si el ojo humano no puede distinguirlo! Se inició un debate que a día de hoy sigue su curso. El ojo humano tiene una resolución finita de un minuto de arco, y un minuto de arco a un metro equivale a 0,29 milímetros; lo que significa que el ojo humano es capaz de distinguir dos puntos separados por 0,29 milímetros a una distancia de un metro; a menor distancia, se verían los puntos borrosos.

No sigamos por ese camino sino todos acabaremos borrosos. Lo importante es saber que el tamaño de la pantalla así como la distancia que nos separa de ella son datos de vital importancia para darle sentido a todo esto de la ultra HD que se nos viene encima. En un smartphone por ejemplo, o una tablet que usamos a unos 30 centímetros, nuestros ojos no son capaces de percibir una densidad de píxeles superior a los 300 ppp. Así, las pantallas Retina se sitúan un poco por encima de lo que el ojo humano puede llegar a ver. Si tiene razón o no Steve Jobs,… el tiempo lo dirá pero teóricamente se basó en estudios científicos -y sabemos que están en constante evolución-, pero aún recuerdo la predicción que Bill Gates hizo en el año 1981: “Nadie va a necesitar más de 640 Kb de memoria en su ordenador personal”.

Irrupción del estándar 2K en los smartphones

Hoy los smartphones de alta gama con resolución 2K ya están llegado al mercado, como el Oppo Find 7 o el Vivo XPlay 3S; hasta Samsung con el Galaxy Note 4 y su resolución WQHD. ¿WQHD, no quedamos en que se llamaría 2K? Precisamos de otro inciso aquí. La autentica resolución 2K se llama DCI 2K, es decir una resolución de 2048×1080 píxeles. Pero la resolución 2K vendida al mundo de los smartphone tiene en realidad 2560×1440 píxeles. También se llama por sus siglas QHD (Quad High Definition) o WQHD (Wide Quad High Definition); son exactamente iguales, el W significa Width y hace referencia al ratio de visión 16:9. En realidad no debería llamarse 2K sino 1440p ya que multiplica por cuatro la resolución HD a.k.a. 720p.

Recordando lo que decía Steve Jobs, podemos preguntarnos si tiene sentido esta resolución en pantallas que van a estar como mucho a treinta centímetros de nuestros ojos. Sin pensarlo mucho, todos dejamos escapar un sí bíblico de nuestra boca pero… ¿realmente es así, realmente ese mayor nivel de detalle podrá abrirse camino hasta nuestro cerebro interpretando la imagen con mayor precision? Recuerda lo de la densidad de píxeles y distancia desde la que observamos la pantalla, es primordial. Sin embargo, en la teoría no existe una unanimidad de opinión acerca de la resolución real del ojo humano; los cálculos de Apple hablaban de un minuto de arco por pixel, otros científicos hablan de 0,4 minutos de arco e incluso menos.

La clave de esta respuesta está en la agudeza visual y nuestra capacidad por descubrirla con precisión, y por ahora nadie se pone de acuerdo. ¿Y en la práctica? Puede que una resolución 2K aporte mayor nitidez a nuestros smartphone. La agudeza visual varia de una persona a otra, los hay que ni diferencian entre 720p y 1080p en pantallas de smartphone; en un televisor es otro tema… a ver cómo se las ingeniarán para vendernos el 2K. Yo de momento, mi sabio consejo es que ni tocar,… al menos mientras no mejoren la capacidad de las baterías. Y esto que ya prometen llevar la resolución 4K a los smartphones, es del todo demencial.

4K a.k.a UHD, el futuro estándar de la Ultra HD

Sé que se os hace pesado ese trago de los estándares de alta definición, a mi también, pero me tome la libertad de omitir ciertos detalles y no ahondar en demasía en explicaciones para hacerlo más liviano para todos. La recta final es el 4K. Ese 4K que trata de vendernos la industría es en realidad UHD o Ultra High Resolution. Es el futuro estándar de alta definición para los televisores, con una resolución de 3840×2160 píxeles cuando el autentico 4K, llamado DCI 4K y utilizado en la industría del cine, tiene una resolución real de 4096×2160 píxeles. Hay muy poca diferencia entre ambas resoluciones pero soy de la opinión que las cosas se deben llamar por su nombre: UHD y no 4K. Sí, nos tenemos que conformarnos con el UHD pero realmente… ¿veríamos la diferencia?

La cuestión crucial aquí no es ésta sino más bien el tema de la disponibilidad de contenido en ese formato y la capacidad de nuestro cableado y demás aparatos tecnológicos para transmitir contenido 4K… ¿no nos ha servido de lección lo que está pasando con los contenidos en 1080p? La adopción del 4K, perdón… UHD, tardará unos años ya que el contenido tiene que adaptarse, y más con la crisis que azota no sólo el país sino el planeta. Si no producen contenido UHD, ni siquiera transmiten las emisoras actuales en Full HD, de nada o poco sirve ponerse a mirar televisores UHD. Si tienes una Xbox One o una PS4, tampoco podrán aprovecharse de tu televisor 4K. Lo único que puede hacer un televisor “4K” es escalar el contenido 1080p a UHD. YouTube emite vídeos UHD desde 2010 pero se cuentan con los dedos de la mano y con un bitrate muy bajo.

En unos años el UHD será lo que hoy es el Full HD, no lo dudo. Pero si tienes un televisor UHD ahora, la única forma de ver contenido UHD es usando una conexión HDMI de 1.4 aunque el bitrate estará limitada a 30fps; mejor con un HDMI 2.0 y su bitrate de entre 50 y 60fps. 4K o UHD no es una resolución nativa ni en PS4 ni en Xbox One, y dudo mucho de que los desarrolladores se pongan a hacer juegos en esta resolución en breve. Puede que la PS4 y la Xbox One se actualicen para permiten reproducir películas en UHD, eso sí… pero juegos. Un último apunte, otro nombre válido para UHD en vez de 4K sería tomando su resolución vertical, o sea 2160p. Terminaré diciendo que el aumento de densidad de píxeles del UHD o 4K se traducirá en una nitidez y profundidad nunca visto hasta ahora. Significa que cuando ese estándar se haya extendido, todos disfrutaremos desde el sofá de pantallas de más de 50 pulgadas con mayor nitidez y calidad de imagen.

Tengo mucha fe en la industría del contenido para ponerse las pilas; Netflix ya entrega contenido 4K al TV de forma automática si detecta que es compatible con esta resolución…. bueno, sólo la segunda temporada de House of Cards por ahora pero por algo hay que empezar. Blu-ray va a tener que pasarse al 2160p, es inevitable o de lo contrario sería el fin del soporte físico en beneficio del streaming de contenido, también inevitable a más largo plazo. Espera un momento,… ¿qué hay del 8K? Hablaríamos de 16 veces la calidad del Full HD con una resolución de 7680x4320p, o mejor dicho QUHD (Quad Ultra High Definition) siendo DCI 8K con sus 8192×4320 píxeles el autentico 8K, probablemente para el cine. NHK ya ha planeado su primera emisión en 8K para los Juegos Olímpicos de Tokyo en 2020. Pero nos damos cita dentro de diez años ya que la espera puede hacerse larga.