Lion soporta TRIM ¿damos el salto al SSD?

Mac OS X Lion es el primer sistema operativo de Apple que cuenta oficialmente con soporte TRIM ya que, hasta ahora, únicamente existía este soporte para la unidades SSD que Apple montaba por defecto en sus equipos. Este hecho hacía que surgieran problemas a la hora de instalar por tu cuenta una unidad de estado sólido, teniendo que recurrir a soluciones no oficiales para solventarlos y activar TRIM en Mac OS para cualquier tipo de disco SSD.

Ahora que ya contamos por con soporte TRIM para Mac OS tal vez sea el momento para adecuado para plantearnos en serio si actualizamos nuestro equipo y nos decidimos a dar salto del disco duro convencional al SSD.

Unidad SSD ¿qué es? ¿Cómo funciona?

La principal diferencia entre una unidad de estado sólido o SSD y un disco duro convencional se encuentra en la forma en que ambos almacenan los datos. Un disco duro convencional cuenta con almacenamiento magnético, consistente en uno o varios discos rígidos unidos por un mismo eje que giran a gran velocidad con un cabezal de lectura/escritura sobre cada plato y en cada una de sus caras. Su funcionamiento consiste en posicionar los cabezales hasta la pista apropiada y esperar a que el giro del disco haga que los sectores deseados lleguen hasta la cabezas, obteniendo sólo los datos que interesan. En definitiva y a grandes rasgos, es como si tuvieras un cubo de rubik y tuvieras que ir girando sus piezas para poder “leer” o “escribir” el color de una cara.

Una unidad SSD está construida íntegramente por semiconductores, de hecho utiliza chips de memoria flash similares a los de una memoria USB. El almacenamiento flash se basa en celdas de memoria NAND de tipo no volátil, que permiten guardar información sin necesidad de alimentación eléctrica continua (no volátil) hasta 10 años y con un mínimo 100.000 ciclos de escritura y borrado de datos. Por tanto, una unidad SSD se podría definir como una memoria NAND flash a gran escala que cuenta con un determinado número de chips de memoria flash (capacidad de almacenamiento) y una controladora que lleva el registro de cómo está guardada la información y controla cómo se leen y guardan los datos.

Inicialmente las unidades SSD no saben qué celdas de memoria están realmente en uso y cuáles están libres, ya que no “entienden” la estructura del sistema de ficheros que utiliza el sistema operativo. En una operación de borrado únicamente se marcan los bloques eliminados como no usados, la tecnología TRIM permite que el SO informe al controlador de la SSD qué celdas ya no contienen información útil y pueden volver a ser utilizadas. De esta forma se consigue mantener la velocidad de la SSD durante toda su vida útil y se evita la ralentización que sufrían los primeros modelos una vez habían escrito al menos una vez en todas sus celdas.

En Mac OS X Snow Leopard existe una forma extraoficial de activar el soporte TRIM para unidades SSD, pero está claro que si contamos con el firmware oficial de Apple en Mac OS X Lion mejor que mejor ¿no?

Unidad SSD: Ventajas y desventajas

Aunque todos sabemos más o menos las ventajas de las unidades SSD frente al disco duro convencional, no está de más recordarlas brevemente:

  1. Más resistentes a los movimientos o golpes durante su funcionamiento y a condiciones ambientales extremas (temperatura, presión, altura, etcétera).
  2. El proceso de lectura/escritura es casi instantáneo.
  3. Lanzamiento y arranque de aplicaciones más rápido.
  4. Menor consumo de energía y mejor disipación de calor.
  5. Silenciosos.
  6. Rendimiento constante y determinístico, evitando la conocida desfragmentación.
  7. Más ligeros y menor tamaño.

Sin embargo, no todo el monte es orégano y es cierto que las unidades SSD presentan algunas desventajas:

  1. Son bastante caros.
  2. Capacidad de almacenamiento más límitada que los HDD.
  3. Pierden rendimiento si no dejamos como mínimo un 20% del espacio del disco libre.
  4. Cuentan con una menor velocidad en operaciones I/O secuenciales.
  5. Ciclos de escritura limitada.
  6. Al contrario de lo que pasa con los HDD, resulta imposible la recuperación de los datos tras un fallo mecánico.
  7. Vulnerabilidad a campos electromagnéticos.

Conclusión

En un principio debemos tener claro si nos conviene o no el cambio, para ello no sólo hay que tener en cuenta que con un disco SSD ganaremos rapidez, sino también otros aspectos más negativos como el coste, la capacidad de almacenamiento, ciclo de vida, etc., por ello es imprescindible que nos planteemos para qué utilizamos principalmente nuestro equipo (uso doméstico, profesional, personal, familiar…) y las operaciones más habituales que realizamos con él.

Si el equipo cuenta ya con un par de añitos y lo utilizamos principalmente para tareas donde el acceso a disco es más importante que el procesador (aplicaciones de ofimática, navegación, correo…), sin duda una unidad SSD es una buena opción para darle “segunda juventud”. En el caso de que el equipo sea para uso profesional, tal vez interese una renovación total que incorpore la última tecnología, todo es cuestión de hacer números.

De todas formas siempre existen soluciones intermedias como la de mi compañero RuP que cuenta con un Mac Mini Core Duo 1,83 GHz, con 2 GB de RAM, que está teniendo su segunda oportunidad como servidor gracias a la instalación de una unidad SSD de 30 GB en la que tiene instalado el SO y un par de discos USB conectados para almacenar datos. La máquina vuela a pesar de tener casi 5 años, pocos equipos pueden decir lo mismo…

Particularmente estoy decidida a dar el salto de HDD a SSD y proporcionarle un poco más de vida a mi MacBook ahora que puede considerarse una pieza de museo.

ACTUALIZACIÓN: Parece ser que, una vez más, el soporte TRIM es únicamente para las unidades que monta Apple por defecto, pero algunos usuarios han reportado que han conseguido activarlo con TRIM Enabler for Mac.