No estás diseñado para usar WhatsApp, 10 motivos para hacer una llamada

Prefieres enviar un wasap antes que hacer una llamada por teléfono, piensas que es más rápido y no lo tienes que planificar. En parte, es verdad. Pero… sabías que no estamos diseñados para la comunicación instantánea de los wasaps, sms y correos electrónicos en los que tanto nos refugiamos?

Psicólogos de medio mundo están llegando a la conclusión de que es un handicap que resta a nuestras habilidades comunicativas y podría afectar a nuestra carrera profesional.

Es cierto. La generación Z, la llamada generación de los nativos digitales, rara vez ha mantenido conversaciones largas por teléfono; excepto tal vez cuando les llama la yaya para sus cumpleaños.

Esta generación se refugia en las mensajerías de texto, la palabra escrita es rey. El móvil, no lo usan para realizar llamadas sino para alimentarse de tuits y wasaps; resta a su capacidad por mantener un dialogo en toda su complejidad…ni te digo el cara a cara.

Los que suelen sufrir ansiedad tienen predisposición y se observa con mayor frecuencia que antes; coger una llamada nos hace sentir incómodos.

Sin embargo, si partimos desde la perspectiva de la evolución de las comunicaciones humanas, estamos hechos para el cara a cara, para la interacción en grupos pequeños y en tiempo real; no a cachos y a destiempo. Parece obvio, y lo es.

Repasemos unos motivos básicos por los que hacer una llamada.

Millennials y generacion Z

El tono de voz, ese agudo aliado

Alcanzamos nuestra óptima capacidad comunicativa en una situación de cara a cara ya que implica todo el lenguaje no verbal, así que imagina a través de mensajes de texto… el último resquicio de comprensión desaparece con la voz, más concretamente el tono de voz del interlocutor. El tono de voz transmite emoción, seguridad, calidez… es a veces la única forma de detectar el sarcasmo. No envíes indirectas por WhatsApp, lo más probable es que la líes.

La sonrisa y la mímica de la voz

El tono de voz envuelve las palabras con la emoción autentica y deseada, pero qué hay de la sonrisa y la mímica de la voz. Se nota cuando la otra persona sonríe al otro lado del teléfono, lo detectas por la mímica de su voz. Sonreír con la voz es algo que hacemos de forma natural. Por muchos emojis que uses, la otra persona no te oye y lo escrito queda expuesto a errores de interpretación. Identificar esos errores cuesta más tiempo a través del texto.

Las frases cortas son + cortantes

El uso de frases cortas suele ser la apuesta más segura en WhatsApp, pero también denotan un tono más arisco. Así es, ha quedado confirmado mediante estudios y en carne propia también. Si a algunos ya les cuesta expresarse, imaginad si encima es escueto a la hora de responder. El medio usado define el mensaje, y por WhatsApp todo transcurre a velocidad exaltada. Da pereza escribir, no hay tiempo y acabamos optando por las respuestas más cortas.

Enviar mensajes de texto es lento

En una conversación real, sea cara a cara o mediante llamada,… la información fluye más rápido. No da tiempo a pensárselo mucho, es espontánea e inmediata. No te piensas lo que escribes y respondes en el acto, no minutos y horas después. Es más, dedicas todo tu ser y mente a ello, tu cuerpo entra en estado de alerta. Somos más receptivos en una conversación, y eficientes. Si sientes que hay un malentendido, lo puedes corregir en el acto, negociar tus palabras.

Texto = fuente de procrastinación

Es harto difícil mantener una conversación fluida y digna de interés a través del WhatsApp ya que tendemos a retrasarla. Algo que podría zanjarse en cinco minutos llamando puede alargarse horas mediante texto. El pensamiento se pierde por el camino, las ideas ya no fluyen y se pierde la mitad por el camino. Las notificaciones son algo intempestivas, y no se pueden atender siempre. Acabaras antes llamando por teléfono sin caer en la trampa de la procrastinación.

Llamada = pura gimnasia mental

Por muy preparado que estés, una conversación por teléfono revoluciona tus neuronas y te pone a prueba. Es una fantástica gimnasia para el cerebro, y es crucial para relaciones de trabajo. Te metes más en el papel, te implicas y ese alto nivel de intervención hace que saques más jugo a la conversación. Si no tienes la información esperada, luchas por ella y haces constantemente predicciones acerca de lo que la otra persona va a responder; y eso es bueno.

Una voz es más cálida, sintonizas

La calidez de una voz le gana por goleada a la frialdad de unas palabras escritas en un mensaje del WhatsApp. Hablando la gente conecta y sintoniza el tono de su voz, el caudal de palabras. Pasa exactamente lo mismo que en un cara a cara cuando los gestos de ambos interlocutores se sintonizan, sus cuerpos hablan el mismo lenguaje y por consiguiente te sientes emocionalmente más cerca del otro.

Te quedas insatisfecho con wasaps

No produce el mismo sentimiento de satisfacción que una conversación de voz, a veces no llega. Un intercambio de palabras por WhatsApp tiene otro ritmo más discontinuo, sin desenlace a veces. Todo ocurre a cámara lenta y no sacia realmente. Piensa en alguna conversación feliz… seguro que ha sido una llamada de teléfono, los wasaps suelen caer en el limbo. Eso de que hablando todo se soluciona será verdad, pero escribiendo todo se distorsiona a veces.

El WhatsApp es jugar al escondite

A veces quedamos a la expectativa enviando mensajes de textos, esperamos a que la otra persona adivine nuestro estado de ánimo, pero no ocurre la magia… llama, puede que te sorprendas de lo que esa persona tiene por contar, de lo que le pesa en el corazón; a veces hablar revela necesidades más profundas que de otro modo no saldrán a la luz de la mensajería de texto. Es un juego psicológico inconsciente en el que estamos sumergidos.

Tienes el control de lo que dices

Una conversación por WhatsApp no es espontánea, controlas los tiempos y lo que dices cuando lo dices. En una conversación de voz no pasa esto, no hay tiempo para preparar la respuesta. En un texto puedes pensar las palabras que vas a usar, el tono que le quieres dar, y no refleja necesariamente lo que piensas o cómo te sientes. Es control a nivel emocional, nos limitamos a consciencia. Arriésgate más, haz llamadas y sé tu mismo con todo lo que implica.