Rage Against the Machine, debut en llamas

“Las llamas venían de un ser humano;
su cuerpo se marchitaba y secaba lentamente
[…]
no movió ni un músculo,
no pronunció ni un sonido”
David Halberstam, periodista del New York Times

La foto la tomó Malcom Brown, en ese momento responsable de la agencia de noticias Associated Press, en Saigón. Y le valió un premio Pulitzer. Su idea, obviamente, no era ilustrar las canciones del álbum debut de Rage Against the Machine, de hecho, no sabía ni lo que iba a suceder esa mañana del martes 11 de junio de 1963. Estaba ahí por curiosidad o porque no tenía otro hecho más significativo para cubrir.

El aviso llegó a través de un portavoz budista: se realizaría una manifestación importante frente a la embajada de Camboya para protestar contra la gestión de Ngô Đình Diệm, primer presidente de la República de Vietnam, por su persecución al budismo. Los periodistas estadounidenses no le dieron demasiada importancia al anuncio, apenas tres o cuatro se acercaron a ver qué sucedería.

Esa mañana, la procesión avanzó lentamente desde una pagoda ubicada en el centro de la ciudad. Eran 350 monjes diseminados en dos grandes grupos. Adelante, un Austin Westminister celeste, decorado con carteles escritos en inglés y en vietnamita que exigían el cumplimiento de la igualdad religiosa prometida por Diệm. Cuando llegaron a la intersección de las calles Phan Dinh Phung y Le Van Duyet, el monje Thích Quảng Đức bajó del auto, apoyó un almohadón amarillo sobre la calle y se sentó en posición de loto. Otros dos monjes sacaron del baúl un bidón con nafta y lo volcaron completo sobre la cabeza de Đức. Fue el mismo Đức el que encendió el fósforo y lo apoyo en su pierna. Las llamas masticaron su ropa y su carne en poco más de diez minutos.

Un escuadrón de bomberos llegó al lugar cuando las llamas ya habían bajado la intensidad. Uno de ellos al ver el cuadro se arrodilló al lado del fuego e hizo una reverencia. Los monjes, alrededor, observaban en silencio. Recién cuando el fuego se redujo a cenizas envolvieron el cuerpo con una túnica de seda amarilla y lo guardaron en un ataúd. Las extremidades se habían carbonizado, como no se podían doblar uno de los brazos quedó afuera, rígido. La procesión, con el ataúd en alto, continuó su marcha hasta la pagoda Xa Loi, donde unas mil personas, entre monjes y estudiantes, aguardaban rezando la llegada de los restos de Thích Quảng Đức. Un cuerpo de policías quería ingresar, la multitud lo frenaba. Se desataron incidentes, hubo heridos y más de treinta detenidos.

Las fotos de Brown dieron la vuelta al mundo y generaron una profunda polémica en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Vietnam. En Europa, las fotografías fueron vendidas como postales durante los años 60 y en la República Popular China se repartieron millones de copias alegando que significaban una evidencia del imperialismo norteamericano. En África también generaron un impacto social profundo, no solo por la potencia del cuerpo en llamas, también por su connotación religiosa y el pedido radical de libertad y respeto.

Casi treinta años después, exactamente en noviembre de 1992, los integrantes de Rage Against the Machine (Zack de la Rocha, vocalista; Tom Morello, guitarrista; Tim Commerford, bajista, y Brad Wilk, baterista) rescataron la imagen para usarla como portada en su primer disco. Hicieron un recorte justo en la cara de Đức, se ven sus gestos contraídos, los ojos cerrados y el cuerpo levemente inclinado hacia atrás, ya calcinado por el fuego. Los músicos señalaron que la imagen era exacta para mostrar la postura política que querían militar con sus canciones: intransigente, de izquierda y combativa. “Nosotros vamos hasta el final. Y somos capaces de incendiarnos hasta la muerte. Nuestra enseñanza a las nuevas generaciones es gritarle en la cara a la autoridad: “Fuck you, I won´t do what you tell me” [Al carajo, no voy a hacer lo que me decís].

El boxset homenaje por los veinte años del lanzamiento, que en pocos días saldrá a la venta, está ilustrado con la foto completa, la original que tomó Malcom Brown en 1963, en la puerta de la embajada de Camboya.

Bonus track: Después del suicidio de Thích Quảng Đức, más de diez monjes budistas, también llamados bonzos, siguieron el mismo camino. De ahí surge la frase “quemarse a lo bonzo”.