La revolución industrial social y colectiva está en marcha

Tener la posibilidad de diseñar desde casa un objeto, sea decorativo o funcional, y encargarlo online para tenerlo en casa en 48 horas ya es una realidad… se llama la impresión 3D. El proceso puede limitarse a la experiencia individual, desarrollando tu propio modelo 3D cuyos archivos envías a una tienda 3D online que se encargará de crearlo. Pero ese proceso resulta tener un potencial ilimitado en su vertiente social y colaborativa puesto que ya existen decenas de páginas donde encontrar ideas y modelos 3D listos para su impresión.

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Modelos tridimensionales para aprovechar y construir, también para modificar o mejorar solo o a través de la comunidad. Productos con o sin licencia, de libre uso. En unas décadas, el sector del consumo ya no será el mismo. Una vez tengamos los recursos para hacer de la revolución industrial social y colaborativa una realidad, cualquiera podrá encargar objetos personalizados desde casa; ¿será el fin de la producción en masa?

Por un lado están las comunidades donde uno puede buscar y/o compartir ideas o modelos 3D -como es el caso de Thingiverse o Shapeways-, por otro existen las imprentas 3D -como es el caso de la española RePro 3D- que van a tener un papel clave en la nueva revolución industrial que se está imprimiendo en la cuasi clandestinidad. De la impresión 3D a la producción personalizada de objetos a gran escala, sólo hay unos pocos pasos que los separan.

La impresión 3D despierta los sueños de cualquier geek un tanto al día, pero hay que reconocer que por ahora muchos objetos requieren de la implicación de procesos más complejos, sea por su geometría, materiales utilizados o sus acabados y tecnologías terceras necesarias a la ejecución del producto. Si ya se imprimen prótesis y hamburguesas, hasta muebles y casas… imaginad lo que nos depara el futuro. Robochop nos da una idea de ello.

Robochop es una instalación robótica interactiva, una iniciativa del grupo CODE_n15;  fue presentado en el CeBIT de este año. Se trata de un brazo robótico como los que se están utilizando actualmente en nuestras naves industriales modernas; en especial las automovilísticas. El experimento consistió en ofrecer la posibilidad a la gente de tomar el control de ese brazo desde sus casas, detrás de sus pantallas, para crear un objeto. Pero con ello, lo que hacían en realidad era darnos acceso a un equipo de producción industrial a través de Internet.

Se habla mucho últimamente de la Internet de las cosas, y Robochop nos enseña el camino a seguir dado que el futuro pasará por la posibilidad de crear directamente sus productos a través de Internet, según nuestras propias especificaciones; obviamente dentro de un proceso guiado para no dar lugar a artilugios inservibles y otros engendros tecnológicos. Es una posibilidad,… ¿verdad? El experimento terminó el 20 de marzo, los diseños seleccionados ya han sido fabricados por los brazos robóticos y enviados a sus creadores de forma gratuita.

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Este experimento es innovador ya que implica al cliente en todo el proceso de fabricación, ya no sólo en el diseño o simplemente su compra. Todavía puedes visitar la página y acceder a la aplicación 3D que consiste en herramientas básicas para realizar cortes en un cubo con la intención de crear algo que sea útil o meramente decorativo. Hemos construido un mundo digital, y ahora se demuestra que lo digital y físico se pueden enlazar. Más vale un vídeo que mil palabras. Si todavía no lo habéis hecho, mirad el vídeo. Descubriréis cómo funciona el robot y cuáles han sido los materiales empleados;

La totalidad del proceso está en manos del usuario, desde la concepción del objeto hasta su producción física mediante el robot. ¿Así será el futuro de la compra online? Las tiendas se convertirán en ventanas sobre un renovado mundo industrial, con un catalogo de productos y una ilimitada capacidad para la personalización previa al proceso de producción casi instantánea. Este tipo de interfaz, la del Robochop, nos abre las puertas al mundo industrial y sus cadenas de producción automatizadas, con un producto totalmente personalizado al final de la cadena.

Desde el 16 de marzo hasta el día 20, un total de 2.000 cubos han sido modelados por usuarios de todo el mundo, con ayuda de cuatro brazos robóticos; los dos diseñadores detrás del proyecto son Clemens Weisshaar y Reed Kram. Y Robochop no es su primer intento. En 2010 montaron la instalación OUTRACE en Trafalgar Square, Londres; la idea consistía en permitir a los usuarios de cualquier parte del mundo dibujar mensajes en el cielo de Londres durante el festival London Design Festival… y todo esto a través de Internet.

En el futuro no muy lejano, tener acceso a equipamiento automatizado de dimensión industrial a través de Internet como parte del proceso creativo de compra será una posibilidad entre otras. Pero mientras tanto, podemos hacernos una idea de lo que nos espera dando una vuelta por la tienda online de Amazon donde encargar y personalizar productos 3D, o visitar esas comunidades donde descargar archivos 3D para imprimir objetos en tu propia impresora 3D o encargarlos acudiendo a una imprenta 3D online como RePro 3D.